Ocellot es una banda muy activa dentro del panorama actual, y su discografía cuenta con un primer EP homónimo, un cassete y un Split con Sun Color, todos ellos editados en 2012 y muy difíciles de encontrar actualmente, y editados por Discos la Gàbia. El primer álbum, “Molsa Molsa” (2013), lo editó Famèlic Records, y supuso un paso adelante en su carrera como banda. En la actualidad, la música de Ocellot ha evolucionado de su devoción por el barroquismo psicodélico pop de los sesenta a unas composiciones que a pesar de conservar algunos elementos característicos, prefiere abrirse a otros universos sonoros mucho más ámplios y actuales. La música de Ocellot en esta nueva etapa adquiere un activo mucho más bailable y de fusión con géneros vinculados al entorno psicodélico, como la fusión con elementos de la música dub o africana, por citar algunos ejemplos. La nueva formación consta de guitarra y voz, sintetizadores y una buena dosis de instrumentos étnicos. La base rítmica la construye una original linea de bajo y un set de batería clásico con pads electrónicos. Esta nueva formación permite que la música de Ocellot adquiera una nueva dimensión en directo, con mayor volumen, intensa, planeadora e hipnótica. Sin duda, la voz es un elemento básico en sus composiciones. Cuándo se intenta comparar la música de Ocellot con la de otras bandas, nos damos cuenta que es necesario poner la mirada fuera de nuestras fronteras para poder hacerlo con cierto criterio. Por estos motivos, nos damos cuenta que realmente se trata de un trabajo innovador y arriesgado. Pero ante todo, se trata de un álbum encantador, dónde la palabra experimento no sirve para alejar al público, sino para hacerlo bailar acercándolo poco a poco hasta acabar sumergido en su música.